Seguridad en los centros de trabajo

Sep-Oct, 2011  |  Normatividad

Una reflexión basada en estadísticas y normatividad

En México la cultura de la protección y la prevención está todavía en una etapa incipiente. Muchos patrones no tienen la cultura de la procuración, y muchos trabajadores no han aprendido a medir los riesgos y a valorar la propia salud e integridad. Es así, que el año pasado ocurrieron en México 403,336 accidentes laborales (2.1% más con respecto a 2009), 1,125 de los cuales resultaron mortales (1.4% más con relación a 2009), además, se presentaron 24,459 incapacidades permanentes por riesgos de trabajo, las incapacidades aumentaron casi un 20% de 2009 a 2010; y por si fuera poco el número de días subsidiados en el año de 2010 fue de más de 11 millones. (Figura 1. Datos de STPS, 2010).

El aumento o disminución de las cifras anteriores, así como las condiciones de seguridad e higiene en el trabajo, son una responsabilidad compartida entre el patrón y los trabajadores. De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, el patrón es responsable de procurar los medios necesarios para que haya condiciones seguras, y los trabajadores son responsables de observar el cumplimiento de las condiciones de seguridad en el desempeño de sus labores.

Para conservar la salud, la integridad física y la vida, es necesario observar ciertos puntos clave que nos permitirán desempeñar nuestras actividades de manera segura:

1.- La naturaleza de las actividades: Determinan los riesgos, es decir, la probabilidad de ocurrencia de un evento y las situaciones potenciales de peligro en el trabajo.

2.- El equipo, herramientas e instalaciones: Medios estructurales por los cuales llevamos a cabo las actividades y que incluyen al equipo de protección personal.

3.- Los conocimientos, habilidades y actitudes que asumimos hacia el trabajo a desarrollar: Aspectos derivados del factor humano que determinan la aptitud para desarrollar una labor, y que incluyen, entre otros elementos, los procedimientos y normas a observar.

Figura 1. Accidentes por actividades laborales. Fuente: STPS 2010.


Un aspecto que puede aportar claridad sobre las acciones necesarias a llevar a cabo para implementar una cultura de protección y prevención de accidentes, son las Normas Oficiales Mexicanas, particularmente las de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Cada empresa requiere de una mezcla de normas a cumplir particulares, sin embargo, hay normas de cumplimiento obligatorio, y que son generales a todas las unidades de negocio, sin importar su giro o actividad.

Para verificar el cumplimiento de estas normas, y en general para aumentar la cultura y consciencia de seguridad en cualquier centro de trabajo, es indispensable tener comisiones de seguridad e higiene bien establecidas y en plena función. Esto no es un simple requisito legal, y no importa si la empresa tiene una planta industrial, o es un corporativo de oficinas, las comisiones bien capacitadas son un poderoso aliado para reducir riesgos y mejorar las condiciones laborales. A través de su funcionamiento, pueden revisar las instalaciones, detectar áreas de mejora, pero sobretodo, hacer que el personal se sienta partícipe de las actividades que la empresa necesita para conservar, como organismo, una buena salud. Integrar e interesar al personal sobre la cultura de seguridad, y asumir la gestión de los recursos de infraestructura con determinación, son dos caras de la moneda hacia una cultura de prevención.

Si los números de accidentes en México van en aumento, se debe a problemas de cultura organizacional. Los empleados no sienten a la compañía como propia, no valoran la infraestructura en todo lo que vale, y trabajan principalmente por la remuneración, dejando a un lado la parte más interesante del trabajo, es decir, el desarrollo personal, y el ser partícipes de un proyecto que supera a las personas, de un equipo, de una organización, de un “gran yo”, como lo definen los japoneses. Por otro lado, los empleadores no han aprendido a ver la función social necesaria que cumple una empresa, y que se manifiesta, en primera instancia, hacia sus trabajadores. Ser dueño de un negocio, accionista o director de una empresa, debería implicar la visión de compartir a la organización con los empleados, potencía el desarrollo, alienta la participación, y motiva al personal. Es cierto que para cumplir con las condiciones mínimas de seguridad se necesita de infraestructura que requiere de recursos materiales, pero la inversión es marginal; se requiere, sobretodo, de un cambio en el modo de pensar las relaciones laborales.

¿Qué haría usted con 11 millones de días laborales? Es todo lo que nuestro país está dejando de hacer al año por accidentes de trabajo.

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